jueves, 23 de junio de 2016

Programa de Prevención desarrollado pòr la Asociación Érguete

Hoy queremos reproducir desde esta plataforma  , la entrevista realizada a Carmen Avendaño por alumnas del Colegio Divino Salvador.

La entrevista se enmarca en el programa de Prevención que ÉRGUETE desarrolla en diferentes colegios e institutos del Concello.

Hoy, sin duda,gracias a Carmen Avendaño y a su lucha ,hay MUCHO CAMINO recorrido aunque siempre queda trecho por recorrer....







Sin más, os dejamos con la entrevista realizada por estas adolescentes.

CARMEN AVENDAÑO:TODA UNA VIDA DE LUCHA



Entrevistamos a Carmen Avendaño, una mujer coraje viguesa,que lleva media vida luchando contra el narcotráfico en Galicia

Hace ya 30 años fundó ÉRGUETE,una asociación que ayuda a los afectados por esta lacra a reinsertarse en la sociedad y tmbién sirve de apoyo para tantas y tantas familias que encuentran comprensión en su mirada1.    

¿Es gratificante su trabajo?
A mí personalmente me gusta y sobre todo me siento muy, muy orgullosa de que esa iniciativa que sale, no sólo de mí, sino de familias que estábamos afectadas hace treinta años, hayamos sabido hacer equipos de trabajo de profesionales que son un orgullo. Si algún día lo estimáis y vuestros responsables en el colegio quieren, vendréis hasta allí y veréis que tenemos una gente muy formada, muy preparada, muy joven y muy comprometida. Eso es lo que te hace seguir adelante. Yo, al fin y al cabo, ahora soy la “anécdota”, la que cuenta las historias, pero los que realmente trabajan son ellos. Y hay un dato importante, el 90% son mujeres.

  ¿Cuántos programas lleva su asociación?
Llevamos unos 23 o 24. Trabajamos en las prisiones de Pontevedra, A Coruña y Ourense, tanto la Asociación como la Fundación. Esta última trabaja en A Coruña en un local. Tenemos un programa de desayunos y ducha con ropa limpia, aquí en Vigo también. Y después la medicación, el control, etc. Estamos a pie de calle, muy informados de lo que ocurre.

   ¿A cuántos usuarios ayudáis actualmente?
No te puedo dar el dato exacto pero muchísimos. Al cabo del año tenemos cerca de unas mil consultas en la Asociación y mil y pico intervenciones por la Fundación. Un número muy importante. No sólo trabajamos en Vigo sino en toda su área. Viene mucha gente de Pontevedra e incluso gente de fuera que tiene menos servicios de los que podemos ofrecer aquí.

   - Cuando fundó la asociación, ¿pensó que llegaría a cumplir los 30 años?
No. Cuando fundé la asociación tenía 40 años. Ya llevaba trabajando muchos años antes en otros temas y la verdad es que no me veía con 70. Eso es lo que más me llama la atención. Era una persona joven y de repente,  ya soy mayor pero sigo estando ahí. Las cosas las haces porque crees que las tienes que hacer. Después, todo se coloca  en su sitio y se va desarrollando en el tiempo. Yo les decía a mis compañeras que teníamos un problema que duraría muchos años y así fue. Pero no, no pensé en treinta años, como mucho veinte. Pues ya van treinta y vamos a tener que seguir muchos más.

       ¿Qué considera que sigue aportando usted a la asociación?
Yo creo que, sobre todo, conocimiento y profesionalidad. Recursos y asistencia en general. Ya no sólo es la persona con la que trabajas, sino el entorno; la familia, la novia, la mujer, los hijos… Es un complemento de intervención que me parece sumamente importante. De hecho, la gente cuando viene a la Asociación o a la Fundación,  el sentimiento que les acompaña cuando se van es el de que hay profesionales que los saben derivar o dar soluciones a lo que plantean.

      
¿Cómo cambia la vida al fundar una asociación?
Cambia porque el tiempo va transcurriendo y va desapareciendo gente, se incorpora otra. Yo soy de las más veteranas pero tengo la sensación de que cuando yo desaparezca, la asociación seguirá estando ahí porque es necesaria. Cada uno tenemos un papel, lo asumimos, lo hacemos muy a gusto, pero todo tiene un fin.

.       ¿Y al descubrir la drogodependencia de los hijos?
La descubrí de uno de ellos. El otro cayó posteriormente.  Yo veía que tenía actitudes raras, era un niño con mucha capacidad pero se desvió del estudio. No sabíamos qué le pasaba hasta que un día, recuerdo que era sábado, me dijo que quería hablar conmigo. Estábamos sentados en la mesa pero me llevó a una habitación y dijo:
“Mamá, me tienes que ayudar porque tengo problemas con la heroína.”
Fue un mazazo porque yo no sabía cómo ayudarlo.

       ¿Logró que sus hijos salieran a delante?
Sí, pero no lo logré yo. Sería muy vanidosa si dijera eso. Lo lograron ellos. Uno está casado, tiene un hijo de diecisiete años, un chaval majísimo, buen estudiante, responsable…todo lo contrario que fue su padre. El otro está viviendo con nosotros, también está fuera de las drogas, ha sido operado de un cáncer de pulmón y de momento, está bien.

       ¿Qué le llevó a continuar la asociación cuando sus hijos lograron alejarse de las drogas?
Nunca se aleja uno de las drogas. Mis hijos son enfermos crónicos.
Y, en cuanto a la pregunta, estoy segura de que, aunque no hubiese tenido el problema directo con mi familia, yo estaría ahí. Estoy completamente segura. Siempre me han gustado muchísimo la gente joven y la gente muy mayor. Son los dos colectivos más sensibles y necesitados de apoyos.

    Después de luchar tanto por sus hijos, ¿qué sintió cuando entraron en prisión?
Es algo muy duro, muy difícil. Pero ves que va a ocurrir, no puedes frenar la dinámica que tiene. Yo no soy practicante pero, en cambio, cuando tengo problemas, pienso que algo tiene que haber. Cuando mi hijo Jaime, que acababa de cumplir 18 años, fue detenido, yo pensaba, cada vez que arreglaba mi habitación, que no iba a volver a verlo. Era una obsesión. Es muy difícil asumir que un hijo tuyo entre en prisión tan joven.

 ¿En algún momento pensaste en tirar la toalla?
He tenido crisis emocionales fuertes, he pasado por momento duros, mi marido también y la familia en general. Hay días en que deseas desaparecer porque te parece que ya no eres capaz de  aguantar más. Pero las personas aguantamos mucho y es bueno aguantar. Compensaba que estaban mis otros hijos siempre al lado de sus hermanos intentando ayudar y mi marido. Tenemos una familia que no se destruyó. Siempre he pensado que he sido una privilegiada porque otras familias se destruyeron totalmente. Dentro de lo malo, siempre tienes que ver la parte positiva que hay en tu entorno para poder aprovecharte de ella. No puedes dejarte llevar por el sentimiento de agobio que tienes.

   ¿En qué medida ha sufrido las consecuencias de denunciar a los narcotraficantes por parte de la familia de los mismos?
Les hicimos mucho daño, porque casi todos terminaron en la cárcel y ellos no lograron acabar con la vida de ninguna. Nos tenían más miedo a nosotros que a cualquier otro porque cuando, después de una redada, los llevaban a declarar a los juzgados, temían la presencia de “las locas de las madres”. Los hicimos visibles y hablamos de ellos públicamente. Rompimos la imagen que se tenía de ellos. Los  desmitificamos y obligamos a que se tomaran medidas contra ellos. Todos pasaron por la cárcel. Cada vez que entraba uno, lo marcábamos con una cruz. Éramos muy cerebrales. Fijábamos un objetivo e íbamos a por él. Oubiña fue el primero y así aparecimos en su pazo. Charlín, el segundo. El tercero, un traficante de La Guardia, íntimo amigo de un obispo. Lo apresaron en Portugal y todo el país se enteró de quien era en realidad. Parecía un movimiento espontáneo pero estaba preparado previamente y cada una teníamos una misión. A mí siempre me tocó ser la persona que explicaba cada situación. Estos movimientos de mujeres eran  muy inteligentes y siempre digo a los partidos políticos que no han hecho nada. La la verdadera liberación de la mujer llegó a Vigo a través de nuestra asociación. Mujeres que aprendieron, se implicaron, colaboraron y ayudaron a los demás. Se desarrollaron com opersonas, se dieron cuenta de su importancia en la sociedad. Fue un movimiento precioso. Vosotras tenéis que seguir peleando.

    ¿Cómo es el día a día después de una amenaza de muerte? ¿se vive con miedo?
He tenido la suerte de que el miedo nunca se apoderó de mí, aunque lo sentía. Un día fui al mercado del Progreso con mi hijo de apenas 7 u 8 años. Habíamos realizado recientemente una presentación en la que dábamos nombres de mucha gente. El legionario tenía un chiringuito en la Herrería y nosotros caminábamos con bolsas hacia el coche. Yo lo vi a lo lejos. Me empezaron a temblar las piernas y la garganta se me secó. Ese día sentí lo que era el miedo. Creo que fue por mi hijo. Seguí andando, muerta de miedo, pero manteniendo la vista en él. Cuando llegué a su altura, él bajó la mirada. Ese día, sé que gané la batalla. Hay que dominar el miedo. A lo mejor fue una idiotez, pero aquel era el enemigo. Y otenía que demostrar que no le tenía miedo a aquel enemigo por lo que representaba.

 ¿Hay algo, laboralmente hablando, que haya deseado hacer y que haya sido incapaz?
Pues sí, estudios universitarios. Sólo estudié comercio. Era la mayor de diez hermanos y mi papá decía que si alguno valía eran los hombres y era a quien había que darle estudios. Hubiese sido, seguramente, una buena abogada o un buen médico. Pero bueno,  tampoco estoy frustrada. Me he desarrollado en otros aspectos de la vida y me siento satisfecha.

- ¿En qué medida cree que lo que ha hecho  ha cambiado la visión de la sociedad ante la drogodependencia?
Colectivamente hemos tenido una fuerte incidencia en países como Suiza, Francia, Alemania, Argentina, Colombia. He viajado, como la voz del colectivo, por toda Europa. He recorrido España de norte a sur y de este a oeste. A veces, en viajes incómodos, pero es importante dar testimonio. Creo que hemos contribuido fuertemente a tomar conciencia social, política, judicial y policial.


Carmen Avendaño, la Coodinadora del Programa de Prevención (Marta lloves) y las alumnas

Noa Cereixo
Antía Fernández
Laura Hermida
 Elisa Fernández
Sofía Ferreirós

jueves, 9 de junio de 2016

NI LOCAS NI TERRORISTAS -ASOCIACIÓN ÉRGUETE VIGO- De nuevo la heroína



La Asociación Érguete nace en 1984 como iniciativa de un grupo de familias con un vínculo común: la adicción a la heroína de alguno de sus hijos.


Hoy leemos la prensa,  nos encontramos con noticias donde advierten sobre el repunte en el tráfico y consumo de heroína, que nos hacen revivir en la actualidad aquella lacra que en los años 70 y 80  se disipaba entre las generaciones más jóvenes



Este documental : Ni locas ,Ni terroristas, basado sobre todo en la figura de Csarmen Avendaño, Presidenta de la Asociación Érguete, vuelve a estar vigente-

Ha reaparecido la sobredosis, no recordaba lo que era levantar un cadáver por eso”, admite el juez José Antonio Vázquez Taín, protagonista de la lucha contra el narco gallego en los noventa y actualmente destinado en La Coruña.
También han vuelto algunos episodios asociados a otra época, como el atraco desesperado de un toxicómano: en enero entraron dos con el mono y una moto en un supermercado de Vigo.

 Estas palabras que ya parecían desterradas de nuestras conversaciones . Cuando ya creíamos que nuestr@s chic@s habían aprendido la lección “ de la muerte

La heroína vuelve a estar presente en nuestra sociedad.  Llega por tierra desde Holanda . Este país a través de su  puerto de Rotterdam, se encarga de abastecer al resto de Europa 


Este repunte de la heroina es aún más doloroso en Galicia
donde en algunas localidades esta droga acabó con una generación de jóvenes y la sociedad acabó por rebelarse contra los narcos. 
Carmen Avendaño, ve con preocupación este fenómeno. “La presión social entonces fue decisiva. Nos decían que estábamos locas, pero nos tenían miedo, temían la reacción social si nos tocaban. Pero, ahora, en cambio, estoy preocupada con estos grupos extranjeros aliados con los gallegos, porque a ellos les da igual la reacción social, no son de aquí, no viven aquí y pueden usar la violencia”.
 Avendaño cree que ha fallado la prevención y falta conciencia entre los jóvenes





EL PERFIL DEL NUEVO YONQUI


Frente a la imagen deteriorada del yonqui, otra nueva está surgiendo en torno al submundo de la heroína, según señalan los expertos en la lucha antidroga y los representantes de asociaciones contra el narcotráfico.
“Es gente joven, que no conoce lo que pasó en los ochenta”, dicen; que no se inyecta la heroína sino que la fuma, por lo que no tiene esa percepción del riesgo ligada al sida; que lo hace además para paliar los efectos de las otras drogas que consume, como la cocaína o el éxtasis, mucho más psicóticos; “En realidad, consumen heroína para compensar y relajarse”. Ese podría ser el perfil del nuevo yonqui.